miércoles, 15 de enero de 2014

Sergio parece buen tío, no es fácil hacerse amigo de él, porque no es muy hablador. El resto de chicos de la nave creo que me caen bien a excepción de uno que se llama Jesús que es un prepotente de mierda.

Hay más naves como la nuestra, me refiero a que todos son chicos. También hay naves de chicas, pero no están en este lado de la base. No hay ninguna nave con chicos y chicas a excepción de las que hay familias juntas.

Sergio me ha dicho que si mi familia está aquí te iré a vivir en donde estén ellos, pero todavía no se nada de su paradero.

Por lo visto esta tarde vamos a hacer un partido de fútbol contra los de otra nave. Ya les he dicho que a mi no se me da muy bien. Me han dicho que yo seré el portero y que como me deje meter un gol me partirán la cara. Cuento con que sólo se trate de una broma.

Durante el día nos dedicamos a no hacer nada. Dormimos en la zona que antes eran oficinas. Afuera está todo lleno de cajas de cartón abiertas y una inmensidad de objetos de diferente índole. Está claro que han abierto todos los paquetes que habían en esta empresa de transportes.

Cuando es la hora de las comidas vamos siempre a una nave mucho más grande que hay dos calles más atrás. La comida es horrible por no hay otra cosa.