lunes, 17 de febrero de 2014

He vuelto esta mañana a casa de Ana , esta vez si estaba. Ella al igual que hago yo tiene por costumbre saquear las casas de los vecinos en busca de comida, agua, ropa y requisa cualquier objeto que pueda parecerle conveniente.

Hemos estado hablando sobre la enfermedad que ha asolado nuestra civilización. Me ha explicado muchas cosas aunque algunas de ellas no las he acabado de entender del todo. Por lo visto existen varias maneras de contagiarse, y aunque el virus es aéreo, lo cual significa que se propaga como una gripe o un constipado normal, hay personas que son inmunes a este efecto y sólo pueden desarrollar la enfermedad mediante contacto directo.

Esta tarde hemos quedado para ir juntos hasta el centro de Salud y revisar más concienzudamente las existencias y objetos sanitarios del centro. Ana me ha dicho que en el pueblo había una farmacia, pero que ahora está vacía, pues los soldados de la plataforma donde ambos estábamos se habían encargado de vaciarla un par de semanas antes.