domingo, 19 de enero de 2014

Me he robado a mi mismo la tablet y el cargador.

Como los otros chicos de la nave creyéndose en propiedad de mis cosas, ya habían establecido turnos para usar el cargador solar, no me ha quedado más remedio que adoptar medidas drásticas. De hecho y a razón de ese reparto yo podía hacer uso de mi cargador si no lo he entendido mal seis horas cada cuatro días y medio o algo así, en fin, una locura.

Así que he escondido la tablet y el cargador en un camión de reparto desguazado que hay aparcado a unos cincuenta metros de la nave donde dormimos.

Les he dicho que había dejado la tablet y el cargador en el suelo cerca de la puerta de la nave porqué allí daba más y mejor el Sol y que he ido al lavabo y al salir ya no estaban.

Al principio se han cabreado entre sí y han acusado a Esteban, uno de los que duerme aquí dentro conmigo y luego me han echado la culpa a mi y uno de ellos me ha empujado y tirado al suelo.

Ahora estoy dentro de la cabina del camión desguazado, en cuclillas porqué no hay asientos escribiendo esto. He de vigilar que no me vean o me huelo que me llevaría una buena paliza.